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Reflexiones y acciones de mi Patria LA IDENTIDAD PANAMEÑA Y EL TEJIDO SOCIAL
Justo Arosemena tuvo una vida ejemplar, nunca inconsecuente;
moral y honorable; sin embargo, aceptó sus debates y nunca rehusó
la plena responsabilidad de sus actos.
Así como Justo Arosemena, Tomás Martín Feuillet descolló
por su parte en la poesía, imprimiendo en sus escritos un toque
espiritual al sentir del panameño. También podemos mencionar a
Santiago de la Guardia, Buenaventura Correoso, Mateo lturralde,
Pablo Arosemena y Gil Colunje, patricios que sirvieron de estan-
darte a las luchas que se libraron en pro del afianzamiento de nues-
tra nacionalidad.
A partir de 1850, el Istmo atraviesa períodos de gran convulsión;
entre los cuales se pueden mencionar: la construcción del ferroca-
rril, la fiebre de oro de California y los inicios del Canal Francés. Du-
rante estos períodos, intervinieron innumerables corrientes de pen-
samiento provenientes del flujo variado de inmigrantes de diversas
partes del orbe. Además de esto, se da la injerencia norteamericana
y la inestabilidad política de Colombia. Todos estos hechos alteran
y a la vez, conforman nuestra realidad panameña. Esta amalgama de
situaciones, dieron cabida a la integración de los diferentes grupos
de emigrantes europeos, antillanos, orientales, norteamericanos y
suramericanos, con diversas concepciones religiosas, católicos, ju-
díos, protestantes, budistas, todos los cuales conforman grupos que
conjuntamente con la población de origen hispánico que ya habita-
ba el territorio panameño, forjaron nuestra identidad nacional.
A partir de 1886, surgen a la palestra pública Belisario Porras, Pa-
blo Arosemena de Alba, Eusebio A. Morales, Carlos A. Mendoza y
Ricardo Miró. Todos fueron patricios que enaltecen y nutren con
sus acciones y escritos nuestra nacionalidad.
En los albores de la independencia que se dibujan en 1903, mu-
chos próceres luchan para afianzar los sentimientos nacionalistas,
pese a los embates adversos de las circunstancias del momento. La
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