Page 246 - Reflexiones y Acciones de mi Patria-eBook
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MOMENTOS HISTÓRICOS                                Reflexiones y acciones de mi Patria


               esos días no hubo ni autoridad ni ley en las calles de Panamá, ya que
               el ejército estadounidense no iba a arriesgar la vida de sus soldados
               en las calles, haciendo oficios de policía local.  Personas armadas cu-
               yas lealtades e intenciones eran imposibles de reconocer, recorrían
               las calles en vehículos incitando violencia.

                  Al llegar a mis oficinas encontré el pasaporte de mi hijo tirado en
               la calle y todas las vitrinas de exhibición rotas. Los batalloneros se
               llevaron perfumes y cosméticos que encontraron en la sala de ex-
               posición, así como máquinas de escribir y otros equipos de oficina.
               Afortunadamente no llegaron al depósito principal. Lo curioso fue
               que tampoco entraron en mi despacho,  asumo que por tener un cru-
               cifijo en la puerta, mientras que sí penetraron en las demás oficinas.
               Tapiamos con láminas de playwood los espacios rotos en las vitri-
               nas, con la ayuda de fieles colaboradores de la empresa que arries-
               garon su vida para llegar al local y apoyarnos, a quienes estoy eter-
               namente agradecido.  Horas más tarde, recibí una llamada de alerta
               que me llevó a regresar a casa enseguida, ya que corría el rumor de
               que los batalloneros se dirigían hacia mi barrio, Altos del Golf. Los
               vecinos organizamos barricadas de protección en ambos extremos
               de nuestra calle, con turnos de guardia permanente durante la no-
               che. Gracias a Dios, no tuvimos ningún percance que lamentar. Las
               siguientes dos semanas, hasta la entrega de Noriega, los panameños
               vivimos un desabastecimiento casi total de alimentos, medicinas,
               servicios básicos. Abundan las anécdotas ingeniosas de vecinos que
               se organizaron para sobrevivir en todos lo barrios.


                  El saqueo a los comercios se dio sistemáticamente en toda la ciu-
               dad. Nunca tuve tantos momentos de incertidumbre como los que
               sentí durante la invasión, pensé en los habitantes de El Chorrillo y
               en los otros panameños que sufrieron todo tipo de vejámenes, atro-
               pellos y muertes durante este doloroso pasaje de la vida republicana,
               que ni pedimos ni merecíamos. Las informaciones que se recibían
               no eran confiables, no estuvo claro entonces y lastimosamente tam-



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