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TESTIMONIO PERSONAL DE VIDA Reflexiones y acciones de mi Patria
de 72 horas. Los médicos del Baptist Hospital quedaron asustados
porque nunca habían visto aplicar un procedimiento de esta índole.
Años más tarde visitamos al Dr. Ramsey, en su consultorio de la clí-
nica Oschner, y nos confesó que estaba muy gratamente sorprendido
con la recuperación de Marianela y que su caso era uno de los más
difíciles que había tenido en su larga carrera como médico.
Una vez fuera de intensivos, viajó a visitarla el Padre David Cos-
ca, por mediación de nuestra amiga Edda Martinelli de Dutari. El
Padre Cosca, además de ser un buen amigo nuestro, había estudiado
con Marianela en la USMA. Después de rezar por más de dos horas,
nos manifestó que Marianela se iba a recuperar gracias a la Virgen
de Lourdes. Un año más tarde viajamos al Santuario de Lourdes
para darle las gracias por su recuperación.
Tengo que confesar que al día siguiente de las oraciones, Maria-
nela se arrancó el tubo que tenía en la tráquea y empezó a respirar
en forma normal. A partir de ese hecho, sentí que un milagro estaba
sucediendo y lo pude comprobar meses después. A todo esto, Ma-
rianela no hablaba ni caminaba y menos se podía valer por ella mis-
ma en sus necesidades básicas.
En los meses siguientes, Marianela empezó su recuperación, ha-
ciendo terapias en el hospital. En esas condiciones regresamos a
Panamá, seis meses después.
Estando en Panamá, por iniciativa de mi hermana Anamae, el
Dr. Víctor Urrutia, eminente neurólogo del Johns Hopkins Hospi-
tal, vino a verla y recomendó que la llevarámos al Hopkins para una
evaluación. Luego de la evaluación, se recomendó empezar un ciclo
de terapias intensivas. Por suerte, encontramos un sitio ideal en el
Hospital Jackson Memorial de Miami, que después de dos meses de
terapia intensiva a cargo del eminente neurólogo Dr. Kester Nedd,
Marianela empezó a hablar y a caminar. La parte derecha del cere-
bro que estaba afectada, empezó milagrosamente a recuperarse.
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